Hoy, nos gustaría explorar los aspectos que determinan la rentabilidad de una compañía.
El primer indicador crucial es el «break even»:
Se evalúa cuánto tiempo necesita la empresa para generar flujos de efectivo positivos. Esto asegura que cuando venza el período de gracia, se pueda devolver el préstamo. La valoración será más alta si la empresa genera flujos de efectivo en el año actual en comparación con el año 2.
Otro indicador importante es el ROE (Return on Equity) o rentabilidad financiera:
El ROE mide el rendimiento del capital y, por lo tanto, la capacidad de atraer nuevos inversores. Se calcula como la relación entre el resultado antes de impuestos y los fondos propios, considerando su evolución en el tiempo (período actual vs. período anterior). Un rango entre el 6% y el 8% se considera aceptable, aunque se busca superar este valor.
El tercer indicador clave es el ROA (Return on Assets) o rentabilidad sobre los activos:
Este indicador ofrece una visión de la eficiencia de la compañía en el uso de sus activos para generar ingresos (resultado de explotación dividido por activos). Una tasa por encima del 5% se considera aceptable, pero un valor óptimo puede alcanzarse a partir del 10%, dependiendo del sector.
Finalmente, el Margen de Explotación también es fundamental:
Este indicador representa la rentabilidad total obtenida por cada unidad monetaria vendida e incluye todos los conceptos de ingresos y gastos de la empresa. Un margen por debajo del 5-6% se considera deficiente y requiere atención.
Analizar estos indicadores proporciona una visión integral de la salud financiera y la rentabilidad de la empresa.
