Actualizado el miércoles, 13 diciembre, 2023
Inversiones sostenibles
La preocupación mundial por la sostenibilidad está ampliando el horizonte de las oportunidades de inversión. De hecho, los criterios ambientales, sociales y de gobernanza están siendo empleados, cada vez más, por inversores (denominadas como inversiones sostenibles, verdes o responsables) para identificar empresas invertibles. Estas operaciones tienen mejor desempeño y mayor valor potencial [1]. Para aprovechar las ventajas que ofrecen las inversiones sostenibles es importante conocer las reglas que las definen y las diferencian del resto.
Ejemplos
Para apreciar el potencial de las inversiones sostenibles, veamos dos ejemplos: BlackRock, gestora de fondos reconocida a nivel mundial, adoptó una estrategia de inversión sostenible a inicios de este año [2]; y, en general, en Estados Unidos en el primer cuatrimestre de 2020, los fondos indexados sostenibles tuvieron mejor rendimiento que los tradicionales, y los fondos orientados a la mitigación del cambio climático crecieron debido al valor potencial de estas inversiones y a la creciente conciencia del riesgo que representa el efecto invernadero para el desempeño de las inversiones y para su éxito financiero a largo plazo [1].
Compromiso internacional por las inversiones sostenibles
Desde la adopción de la Agenda 2030 por la Asamblea General de las Naciones Unidas, en septiembre de 2015, hay un mayor compromiso de los líderes mundiales para viabilizar el cumplimiento de los 17 objetivos de desarrollo sostenible (ODS) que enmarca. A partir de entonces, la Unión Europea se ha vinculado a los ODS, aprobó el “Acuerdo de París” y, entre otras iniciativas, comunicó un “Plan de acción para financiar el crecimiento sostenible” con el propósito de:
“1) Mejorar la contribución de las finanzas al crecimiento sostenible e inclusivo mediante la financiación de las necesidades de la sociedad a largo plazo, y 2) reforzar la estabilidad financiera mediante la incorporación de los factores ambientales, sociales y de gobernanza (ASG) a la toma de decisiones de inversión (…)” [3].
El Plan establece como una de sus medidas más relevantes definir un sistema común de clasificación de las actividades e inversiones sostenibles para fijar el grado de sostenibilidad de una inversión; esta taxonomía se adoptó por el Parlamento Europeo y el Consejo de la Unión Europea, el 18 de junio, mediante Reglamento (UE) 2020/852 [4].
El Reglamento prescribe que una actividad económica es sostenible cuando contribuye o es un facilitador del desarrollo de al menos uno de los objetivos medioambientales –abajo detallados-, no causa daño significativo a otros objetivos; y, cumple con las garantías mínimas previstas por la OCDE para Empresas Multinacionales y con los Principios Rectores de las Naciones Unidas sobre las empresas y los derechos humanos.
Los objetivos medioambientales recogidos por el Reglamento son [Art. 9]:
a) mitigación del cambio climático.
b) adaptación al cambio climático.
c) uso sostenible y protección de los recursos hídricos y marinos.
d) transición hacia una economía circular.
e) prevención y control de la contaminación.
f) protección y recuperación de la biodiversidad y los ecosistemas.
¿Cuáles son los efectos del Reglamento en las inversiones?
Dentro de los efectos del Reglamento, a nivel europeo y español, estimo relevantes los siguientes:
- El marco legal europeo al definir con claridad y transparencia las operaciones que son catalogadas como inversiones sostenibles, por una parte, excluye aquellas en las que se utiliza el adjetivo verde o responsable para maquillar productos o empresas que no cumplen con los requisitos ASG y que utilizan tal calificación para captar el interés del consumidor y del inversor. Esta práctica de inducir a error sobre el compromiso de una empresa con la sostenibilidad se denomina como “blanqueo verde”.
- Por otra parte, facilita el camino para que el legislador premie a inversores con intereses en empresas sostenibles a través de beneficios fiscales como: deducciones sobre la base imponible, exenciones sobre los retornos y con bonificaciones del tipo impositivo. Y también, para que tipifique sanciones administrativas y penas para los actos o inacciones se enmarquen como “greenwashing”.
- Si bien el Reglamento se aplica a productos financieros, a empresas obligadas a cumplir con la obligación de reporte no financiero y a los países miembros cuando establecen requisitos sobre productos financieros o emisiones de renta fija privada que se ofrecen como verdes; se empleará como referencia, por ejemplo, para identificar cuando una start-up realiza o no una actividad económica sostenible.
- Revalorización de las inversiones sostenibles realizadas en start-ups o en empresas alineadas con los requisitos previstos por el Reglamento; y, un incremento de operaciones de inversión en empresas que cumplan con aquellos parámetros. En este último caso, por ejemplo, la Comisión Europea, a través del Consejo Europeo de Innovación, invirtió este verano 307Mio€ en 64 en start-ups y pymes innovadoras alineadas con el “Pacto Verde” y con el “Plan para la recuperación de Europa” [5].
- Desinversión de activos que no garanticen la incorporación de criterios sostenibles en su modelo de negocio o que por la naturaleza de la actividad que desarrollan causen perjuicio al medio ambiente.
En general, el Reglamento de forma indirecta obligará a que un mayor número de empresas incorporen criterios ambientales, sociales y de gobernanza en su propuesta de valor y en su modelo de negocio. El “Plan de acción para financiar el crecimiento sostenible”, el “Pacto Verde” y este Reglamento son el primer paso para que Europa lidere a nivel mundial la transición a una economía responsable impulsando inversiones en empresas verdes.
Siendo Europa la primera en reglamentar lo que es una inversión sostenible surgen nuevas oportunidades. A partir de esta definición, se abre el camino para establecer incentivos fiscales y crediticios que favorezcan estas actividades. Los primeros que inviertan en empresas sostenibles capitalizarán los mayores beneficios al tiempo que generan un impacto positivo en el planeta.
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Referencias:
[1] Farmer, A., y Thompson, S.. (10 de Junio, 2020). The Ripple Effect of EU Taxonomy for Sustainable Investments in U.S. Financial Sector.
[2] Moreno, M.. (14 de enero, 2020). Blackrock da un giro a su estrategia para poner el foco en la inversión sostenible.
[3] Comisión Europea. “Plan de acción: Financiar el desarrollo sostenible”.
[4] Parlamento Europeo y Consejo de la Unión Europea. Reglamento (UE) 2020/852.
[5] Comisión Europea. (23 de julio, 2020). “First green deal funding european innovation council awards over € 307 million to 64 startups set support recovery plan Europe 2020”.
[6] Parlamento Europeo. (11 de junio, 2020) Europe defines green investments to boost sustainable finance.