Actualizado el miércoles, 13 diciembre, 2023
El apalancamiento financiero es un término que se utiliza cuando se recurre al endeudamiento, es decir, a crédito de terceros para conseguir fondos adicionales a los propios ( capital captado) , para dotar de más recursos a la empresa con los que financiar una operación o proyecto.
Cuando los recursos de la empresa no son suficientes para poder llevar a cabo una operación prevista, el apalancamiento financiero es una opción a tener en cuenta pero es importante considerar que, al igual que proporciona ventajas, también conlleva riesgos.
¿Para qué sirve el apalancamiento financiero?
El apalancamiento financiero permite acometer operaciones (inversión o aceleración de op. sociales) sin tener que recurrir a grandes cantidades de capital propio pero, a su vez, al hacerlo se asumen riesgos puesto que la deuda contraída hay que devolverla con los intereses que ello conlleva. Y, además, si la operación no da los resultados esperados, la deuda hay que devolverla de igual manera con los costes que estén asociados a ella.
¿Cómo se calcula el apalancamiento financiero?
Para poder calcular el apalancamiento financiero hay que dividir entre 1 el valor de la inversión total que se ha llevado a cabo, es decir, sobre el propio capital y el que se ha hecho servir para la inversión. Se suelen hacer servir medidas fraccionarias, por ejemplo, 1:2, lo que significa que por cada euro invertido del capital propio se está invirtiendo un euro más del capital prestado, por lo que el total invertido es de 2 euros pero la deuda que queda pendiente es de uno.
La fórmula que se utiliza es la siguiente:
Apalancamiento financiero= 1: valor de la inversión / recursos propios.
Categorías del apalancamiento financiero
El apalancamiento financiero se clasifica en tres categorías diferentes:
– Apalancamiento positivo: es cuando el resultado de la inversión que se ha llevado a cabo es superior al coste que se ha generado con la deuda. Esta situación es favorable para la propia empresa.
– Apalancamiento negativo: es cuando el resultado de la inversión que se ha llevado a cabo es inferior al coste que se ha contraído con la deuda, es decir, al contrario del caso anterior. Esto es negativo para la empresa puesto que la deuda es mayor.
– Apalancamiento neutro: esta es la última categoría y se produce cuando la deuda y la inversión propia es la misma, es decir, que la cantidad que se gana y se pierde es exactamente igual y no se producen pérdidas ni ganancias.
Ventajas del apalancamiento para tu empresa
Aunque, como hemos dicho, el apalancamiento financiero conlleva asumir riesgos mayores, es importante saber que también cuenta con importantes ventajas, de ahí que muchas empresas opten por esta opción para llevar a cabo sus operaciones.
Entre las principales cabe destacar las siguientes:
– Facilita aumentar la rentabilidad de las inversiones que se lleven a cabo al poder contar con una mayor cantidad de dinero que aportar.
– Permite que las empresas puedan llevar a cabo inversiones aunque no dispongan del capital propio necesario para hacerlo.
– Cuando la inversión resulta positiva, el beneficio que se consigue es mucho mayor que la inversión realizada.
– El apalancamiento financiero permite que se pueda llevar a cabo cualquier tipo de inversión o incluso varias a la vez sin importar el campo al que se destinen.
– Es un gran recurso para las empresas que no disponen de fondos propios suficientes y quieren aumentarlos.
– Con el apalancamiento financiero se intenta cumplir con el objetivo de la tasa de retorno de patrimonio.
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